Me gustan los colores del otoño, el sonido y olor del mar. Caminar por sendas de montaña o por la orilla del mar y tomar un café en buena compañía. Tengo la manía de permanecer cinco minutos más en la cama después de sonar el despertador.
jueves, junio 21, 2012
Vivir no es necesario
Qué inútil aventura querer hacer camino a una hora que no es plena claridad, cuando cierran postigos y ventanas, cuando el silencio extiende su dominio. Qué difícil pensar que el agua ignore azules de un mar con vocación de lienzo, que se beba la lluvia del vientre de las nubes. Qué imposible creer el mito de Van Gogh, la demencia enroscada en los pinceles, en nubes de espirales y campos agitados, leyenda de una vida de autorretratos sórdidos, una estrella fugaz en lucha entre el negro y el blanco. Pero es fácil creer que aún conserve pintura entre los dedos, perdure enfurecido en trazos ondulantes, que el desdén por la vida y noches estrelladas de Auvers-sur Oise le santifiquen mártir de museo porque lo que importa es crear.
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