Escucha el otoño
Puntual reloj de otoño
con pisada de gato,
se sienta en mi orilla
como una piedra
con cicatrices de historia,
como un tronco tatuado
de líquenes y sombras.
Sólo hay que estar atento,
sólo hay que escucharlo.
Cuelga en mis labios
su silencio de lluvia mansa,
en mis ojos su lenguaje
de luz sepia y oro.
Otoño de la Ribeira Sacra
está en mi orilla por algo,
arrebujado en su manta de niebla
sujeta la tos y el cansancio,
deshoja entre sus dedos
aromas de helechos,
aromas de salmos
dueños de celdas y humedades,
de vendimia y castaños
que buscan el remanso
de mi otoño donde reflejarse
y cubrir de amarillos
una puesta de sol interminable.
Sólo tienes que escucharlo.