miércoles, marzo 26, 2008

Día Mundial de la Poesía



In memoriam Ángel González







Presenta el acto poético la poeta y concejala de Cultura del Ayuntamiento de Salamanca, Isabel Bernardo, recordando que la UNESCO declaró el Día Mundial de la Poesía en 2002, estableciendo su celebración "el día 21 de marzo con la finalidad de alentar su creación, traducción y difusión".
Con motivo de tal celebración la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura, programó la lectura de tres poetas de tres continentes: Abdul Hadi Sadoun, iraquí, traductor e hispanista. Jose Mª Muñoz, Premio de Poesía Ciudad de Salamanca 2007 y el peruano Alfredo Pérez Alencart, profesor de la Univsidad de Salamanca y miembro de la Academia Castellana y Leonesa de Poesía.
Puso el comienzo y final de sus lecturas la voz que siente y hace sentir, que emociona y emocionada, que conmueve y que vibra de Ángel González acompañado de Pedro Guerra con poemas y canciones de "La Palabra en el Aire".






Arte, fervor y frío en las calles castellanas


Admiré el arte de la imaginería castellana.
Con el termómetro bajo cero y el brillo en los ojos, el público aguarda en silencio la salida del paso de Jesús Flagelado, una talla barroca de Salvador Carmona de 1760, de gran valor artístico.
Un viento helado impide mantener viva la llama de las velas, pero se mantiene un silencio que se corta y pone calor a la noche la emoción y el recogimiento que acompaña el paso solemne de los cofrades. Algunos arrastran sus pies descalzos sobre las piedras rodadas, otros llevan sobre los hombros el peso del trono, manifestando sacrificio, dolor y promesa.
La sobriedad, el frío, la penitencia , ante la fachada plateresca de la Clerecía, cuando aparecen las imágenes de los pasos, hacen detener el tiempo, mientras suenan piezas religiosas de Haendel y Schubert en la noche gélida salmantina.

jueves, marzo 06, 2008

Gaudí, historia viva


Superficie de agua vertical

Me impresiona y me fascina el arte sublime, imposible, de belleza y fuerza únicas en el mundo, en las obras de Antoni Gaudí en Barcelona.

Gaudí manifestó desde muy joven un gran interés por las formas, los colores, la luz y la geometría procedentes de la Naturaleza, lo que le inspira un lenguaje rupturista e innovador. Aunque fue la máxima figura de la arquitectura Modernista, nunca siguió la estética del Modernismo de finales del s.XIX y principios del XX.

Entendía la arquitectura como un arte total, su creatividad se extendió a cada uno de los elementos que componían su obra, desde las barandas de los balcones a los tiradores de las puertas. Ablanda la materia, le da vida, movimiento, la transforma, la magnifica y la integra en su arte con una intuición de fantasía, y de superación mágica. Las superficies planas se deforman, se comban en fachadas ondulantes y adquieren valores milagrosos de ritmo y gravedad imposibles.

La decoración colorista (de lilas, violetas, azules, verdosos) produce un efecto deformante, como una superficie de agua vertical, en la Casa Batlló o las fachadas de piedra se distorsionan de modo insólito y tremendo como las pinturas de Van Gogh, en la Casa Milá, o los prodigiosos hierros forjados, dinámicos de los balcones, o las fantasías escultóricas y simbólicas de sus chimeneas maravillosas, suavizadas por el trencadís blanco de cerámica. Gaudí es el único genio que realmente produjo ese movimiento.
Me asombro en su estudio, en su taller, donde planificaba sin planos, sus obras. Cómo proyectaba sus maquetas estéreofuniculares,visionaba el alzado de la obra colgando del techo los arcos de cadenas con saquitos de perdigones (las catenarias), para verlo invertido en un espejo.
Las obras continúan basándose en las maquetas, dibujos y orientaciones que el arquitecto dejó.
Textura, materia, forma, luz, fuerza, realidad, movimiento en Gaudí, significa para unos lucha y triunfo, para otros, violencia mística y mágica. Pero por encima de todo muestra la fuerza de su alma.
Una alegría secreta e interior se me mueve al contemplar en el Templo de la Sagrada Familia, el grupo de los cuatro campanarios parabólicos de la fachada del Nacimiento, penetrando en un cielo al que atraen y aproximan. Se mezclan las imágenes con otras musicales de un movimiento "molto vivace" de la Sinfonía "Del Nuevo Mundo" de Dvorák (¿se inspiraría para componerla en la obra de Gaudí?).