Pañuelo de ofrenda
En las hebras que bordan
tu pañuelo de ofrenda
hay horas de veranos,
días de luz dorada,
flores de bobiné,
atardeceres malvas,
sombras de plátanos y siesta,
cadenetas cosidas
con los hilos del sol
que sabe poner su alma
en tu pañuelo de fiesta,
que dio tiempo a mi vida
para que yo pudiera.
Necesité ser curva
para abarcar tus hombros
como arco en un jardín,
sentir manos de hormiga
para hacer el camino
a donde la emoción nos lleva,
necesité ser sueño
para que tú lo vieras.