Este espectáculo de proyección de imágenes a través de la historia y la cultura, de fuentes danzarinas, de luz, música y magia fue para mi algo alucinante en una visita nocturna única e inolvidable en el Alcázar de los Reyes Cristianos de la ciudad de Córdoba.
Visité esta ciudad el 28 de marzo y fue sorprendente, no me lo esperaba. Hacía una noche preciosa, un olor exquisito a flor de naranjos que traspasaba los sentidos, la música de Eduardo Paniagua y Vicente Amigo se filtraba por los poros, la luz y el agua creaban formas y efectos sorprendentes en las fuentes...,todo estimulaba a ser feliz. No se puede perder esta forma de ver y sentir Córdoba.