Encinas
Llanura sucedida de llanura
sin aristas ni vértices,
acotada de sol,
una hogaza de pan moreno
sin esquinas ni orillas,
custodiada de luz
donde no habitan sombras,
ofreces en la palma de tu mano
encinas verde polvo,
encinas de rodilla en tierra,
humildes por costumbre,
para poblar mi desierto,
para vestir de pardo verde viejo
la quietud y el silencio del camino.
Conmovedor paisaje castellano,
tan sufrido al calor y al frío,
tan seco y calcinado,
me das tu compañía
cuando en mi soledad sale a mi encuentro
un horizonte mudo
de encinas.
Agosto 2012
