Me gustan los colores del otoño, el sonido y olor del mar. Caminar por sendas de montaña o por la orilla del mar y tomar un café en buena compañía. Tengo la manía de permanecer cinco minutos más en la cama después de sonar el despertador.
jueves, diciembre 24, 2015
Sentimientos Permanentes (Recita María Dolores Castro Novoa, poetisa)
Me ha encantado participar en este proyecto tan bonito que se llama PROYECTO VERSICOS en el cual trabajan los niños del Colegio Público Maestro Don Pedro Orós de Movera (Zaragoza). Gracias y enhorabuena a niños y profe por esta iniciativa poética.
Que sigáis siendo tan creativos.
miércoles, junio 24, 2015
EDWARD ELGAR: Salut d'Amour
Cuando caiga la noche en mi sueño de agua, no me interrumpas. Estaré buscando una orilla
viernes, junio 19, 2015
Toledo sin ti
Toledo sin ti
Voy perdiendo mis pasos en el tiempo
fuera ya de tu tiempo,
fuera de tu cuidado y tu mirada.
Pierdo tiempo en mi cámara
con almenas y torres,
con arcos de herradura en la muralla,
evocando otras tardes en Toledo,
en la Puerta Bisagra y su águila,
la vertical del Tajo
"en soledad amena",
decía Garcilaso,
y en el puente de Alcántara.
Pierdo mi tiempo para respirar
el silencio que nos separa,
el arte de judíos y cristianos
y la luz de vidriera
en sinagogas, gótico y mudéjar.
Pierdo mi tiempo cuando no me llamas
por las calles tortuosas
húmedas de tomillo,
como en aquella esquina
avisando el bordillo.
Y ahora pierdo el tiempo que no es tuyo
contemplando la luna,
que hoy es nueva,
recordando tu voz
para que no cayera.
domingo, mayo 17, 2015
Cuántas cosas quería haberte dicho
Todo
lo que quise decirte
Estoy cavando un hoyo
al borde de la charca,
donde una encina con tu nombre
extenderá sus ramas,
crecerá en tu paisaje de lunas grandes, ramoneo de vacas
y puestas de sol granas.
Paisaje cada día nuevo
en tu Nikon colgada al cuello.
Nos dimos libertad, espacio y aire
y entre las rendijas, luz.
Había que entender tu "no"
para tornar en " vale, bueno",
seguir tus juegos de ideas medio llenas,
medio vacías,
no había aburrimiento ni rutina.
Palabras de bostezos
despiertan la mañana,
te oigo hablar por hablar
sin esperar respuesta,
y me provocan risa.
Dices algo del agua ,
de naranjas, de puertas...
Se entrelazan con mi pereza
¡ay, me hacen tanta gracia!
Tus palabras son números y cuentas,
mis palabras son versos y poemas,
tú y yo tan distintos y tan cerca.
Echaste un órdago a la vida
y lo ganaste,
te echó un envite la muerte
y lo perdiste.
No te dije "te quiero"
todo lo que quisiste.
Es todo lo que quise decirte.
sábado, marzo 14, 2015
De vuelta a Salamanca
Entre
la blancura fría del Negrón voy tragando silencios amargos en tu ausencia, tu primera ausencia en mis viajes a Salamanca. Otro
túnel y el paisaje lo ocupa el pantano de Luna, se llena de agua crecida, de
puente que vuela, de cumbres nevadas, de sentimientos y recuerdos pegados a ti,
que me llevan a ti.
Nudos
ahogados en la garganta aceleran el camino con temblor de escalofríos, aunque
el sol pone calor a su manera al sur de las montañas. Ruta de acostumbrada
frecuencia a Salamanca para estar donde tú no estabas y ahora tan distinta y
nueva para mi porque estás tú, querido Chencho.
Lágrimas
ensartadas a los puntos kilométricos me acercan
a ese lugar donde descansas para decirte que me esperes cinco minutos.
Juntos
analizábamos cómo se transformaba el
paisaje, los campos desolados de Zamora y Salamanca, ahora criaderos de
tanto invierno, donde se allana el terreno y la vista se estira hasta el
horizonte, alternando con encinares y
choperas; los pueblos despoblados en tierras de secano después de Benavente.
Pueblos con toboganes y columpios siempre vacíos y quietos; con iglesia , arcos y torre, palomares de
planta cuadrada, muros de adobe y su ayuntamiento como una casa cualquiera. Nunca
se veía gente por la calle, decíamos que era por el frío y otras porque quemaba
el asfalto. Queríamos adivinar el origen de sus nombres tan compuestos y tan de
hidalgos, Castellanos de Villiquera,
Fontanillas de Castro, Aldeaseca de la Armuña , Riego del Campo , Granja de
Moreruela, Castropepe nos hacía gracia; en el Embalse de Ricobayo ha subido
tanto el nivel del agua que ya no se ven las huertas. Los nidos de las
cigüeñas, en cualquier estación habitados, se han instalado en el frío y el
poste.
Comentábamos
todo, eran viajes con calma, paradas para comer, para tomar café, para ver la
crecida del agua, para ver la puesta de sol y la luna llena. Si me entraba
sueño me apoyabas en el cabecero la cabeza.
Tú
no te cansabas, celebrabas haber llegado dándome un beso, luego te ibas a dar
una vuelta, a ver las encinas o el mar... y estirar las piernas.
Ahora,
mientras el Duero dilatado de lluvias, pasa por Zamora cerrando los ojos del puente romano, yo cierro los
míos conectada a tu silencio, sabiendo que tú ya no me esperas.
27
de Febrero 2015
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