No llores porque se acabó, ríe porque ocurrió
Se acabó el amor
Temblaron los números en mis dedos,
antes de oír tu voz
pregunté por tu nombre,
supiste que era yo.
Nacieron en tus labios las espinas,
crecieron los muros de la distancia,
mostraste los dientes del silencio,
inútiles palabras de perdón.
Apagaste mis lunas de febrero
mis auroras de abril.
El teléfono guardó mis lamentos
las palabras nudos en el cordón.
No, espera, no cuelgues,
compréndeme, por Dios,
no cortes el oxígeno
que alimenta mi vida,
lléname otra vez
de tu voz ,
que nombre mi nombre
tatuado en la piel
de tu pecho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario