Tortilla a la luz de la luna
Algo tan sencillo para romper la rutina, fue perderme en un paisaje de pinares, cerca de la sierra de Madrid, próximo a Robledo de Chavela, en el pueblo de Valdemaqueda, con el río Cofio bajo el puente romano, escapando en cascadas entre piedras y bañando nuestros pies. Cuando la luz del día se adormece, sólo nos protege el palio plata de la luna. Es el momento de coronar las sensaciones plenas sacando el contenido de la mochila y disfrutar con mis amigos Marisol, Manolo, Mariano, Paquita y por supuesto Chencho, el hornazo, la tortilla, cervezas y melón.
Ante noticias grises y negras (que calientan el verano) de bolsa y mercados, de recesión y aceleración, de rescates y primas de riesgo, de crisis y más crisis, guardo este capital para las noches en que el sueño levanta las sábanas y sale de mi cama.
2 comentarios:
Leerte es, sin duda, una gran inversión.
Un saludo
Que bien lo cuentas Loli!
Y que buenas soin esos momentos compartidos!
Recibes los correos sobre La Arribada?
Estoy en Lisboa y volvere para septiembre.. (no pongo acentos porque no entiendo muy bien este teclado portugues)
Besinos. Carmen
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