Después de las lluvias y nieves de abril, mayo vomita cascadas, la tierra vomita agua, los montes vomitan agua, los ríos revientan de agua. En la Ruta del Alba los torrentes no piden permiso, se abren paso por el desfiladero afilando y puliendo piedras y rocas, dejándonos su sinfonía y poniendo colores de belleza en el paisaje.
2 comentarios:
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Mi pagina web tiene un PR de 4.saludеtes!
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Que necesidad tenemos de naturaleza, luz, arrullos de agua... después de esta primavera-invierno que aún nos acompaña.
Nos lo cuentas muy bien.
Un beso.
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