Espera cinco minutos
Hoy es domingo y llueve,
la lluvia que no te gustaba
y rodea mis hombros
el silencio de tus manos ausentes.
Un ramito de rosas
se marchitará cada siete de noviembre.
No me esperan tus horas
viviendo tus mañanas junto a las mías,
susurrando palabras usadas, necesarias,
espera, espera un poco,
cinco minutos largos de media hora.
No me espera tu abrazo
ni los zumos de
buenos días
recogiendo mi cuerpo en tus recodos.
Sé que me esperarás
donde dejan las olas tu sonrisa
cinco minutos largos de media hora.
7 de diciembre
2014
Esta será mi última entrada en la Ventana este año. Dedicada a Chencho que ha dejado de vivir, aunque sigue vivo en el corazón de todos los que le conocimos.