lunes, enero 07, 2008

Mi noche de sueños rotos



Yo confieso a los Reyes Magos

De niña os contemplaba emocionada
en la cabalgata de los Reyes Magos
con vuestra corte de pajes y camellos,
con fascinantes coronas y capas,
con brillantes anillos en las manos,
pero nerviosa y muerta de miedo.
Lo confieso.

Noche de ilusiones inflamadas,
en el hall relucientes los zapatos
¡los patines eran mi gran deseo!
Los sueños se enredaban en mi almohada,
grité tanto vuestros nombres en silencio,
que pinté mi noche de destellos.
Lo recuerdo.

Pero un año más me quedé con las ganas,
en la carta decíais: “Sois muchos hermanos
y como todos habéis sido buenos,
las mayores tenéis tela para faldas,
compartid esos juegos los medianos,
para los pequeños algunos cuentos”.
Ahora lo entiendo.

En torno a la mesa y en pijama,
el desayuno era un gran festejo
con chocolate, roscón y jaleo.
Ausente la sorpresa en nuestras caras,
mamá nos decía: “para otro año”.
Era el momento más bello,
ahora os comprendo.
Lo confieso.

Ahora los niños tienen tantos juegos, máquinas y regalos que no saben apreciarlos y la ilusión dura mientras quitan el papel .

1 comentario:

Anónimo dijo...

Carmen, 2º ciego

Querida Lola… Yo también he visto como año tras año mis queridos Reyes Magos no me han dejado el ansiado juguete. Cada año yo pedía un Do-re-mi, y cada mañana de reyes sufría una decepción. No se alargaron mucho en el tiempo esas decepciones pues, cuando la familia se compone de ocho personas, ser práctico es fundamental. De esos días de ilusión guardo un regalo muy especial para mis hermanas más pequeñas. Un par de sillitas nuevas con sus muñecos. Muñecos que mi madre y yo rescatamos de entre los que había en casa. No había para más. Durante noches nos afanamos en hacerles unos trajes nuevos. Cuando estuvieron listos nos dedicamos a adecentar a esos seres privados de vida; los lavamos, los peinamos, y hasta les pintamos los labios. Yo, por unos días, también fui rey mago.
Ahora, querida Lola, no pido nada material, no me interesa, sino su beneplácito para seguir disfrutando de todas esas cosas que han hecho de mi la mujer que hoy soy. Pero sigo teniendo ilusión y desayunando chocolate por la mañana