domingo, julio 20, 2008

Lágrimas de rabia




Aquellos árboles
“ Hablemos de la lluvia o el sol
Pero no me preguntes sobre la
Muerte que nos sucede ahora”
( Enrique Solinas) de “Jardín en movimiento”

Aquellos árboles proyectaban sobre la luz de mis paseos, la sombra de mi alegre aliento agitado.
Yo tenía un pinar prestado en el municipio de Terradillos, provincia de Salamanca, de más de cinco mil metros cuadrados, que oxigenaba mis rutas de bicicleta y que yo disfrutaba, recorría y cruzaba por esquinas y en redondo. Cada mañana de verano o de primavera era el escenario de una nueva cita con la vida desde hace veinticinco años, que compré una vivienda en su orilla.
Cuando he llegado este año se me han caído lágrimas de rabia sobre mis alegres paseos. La empresa propietaria decidió construir chalets, más de mil, y en la primavera taló los pinos. Bueno, me conformé ¡ sea en beneficio de trabajadores y familias que convivirán conmigo¡ Pues tampoco se beneficiará nadie ahora.
La noticia reciente en informativos y prensa es que la empresa propietaria y constructora, Martinsa- Fadesa ha presentado suspensión de pagos, lo que supone interrumpir y abandonar el proyecto. No habrá viviendas, ni empleo, ni desarrollo de la zona, ni árboles, ni el regalo de los paseos amables que guardo en mi memoria.
Yo tenía un pinar prestado, escenario de citas con la vida, al lado de mi casa, en la carretera de Alba de Tormes.

4 comentarios:

KCHELO "tu casa" dijo...

No solamente eran tus paseos, sino el de todos aquellos que nos juntabamos al atardecer de los meses de verano y disfrutabamos de esos pinos donde habían jugado y construido sus casetas nuestros hijos,aquel pinar donde todos viviamos con su compañia más cercana, pero la especulación es el destino de todos,unos se hacen ricos a nuestra costa y otros como imbéciles nos conformamos con escribir cuatro palabras de indignación. Es así como funcionamos.¿qué hacer?. Un beso para ti Maru de parte de todos los amigos. Chelo

La fragua dijo...

hOLA! Llegué a tu blog por un comentario que dejaste en el mío y me encontré con textos bellísimos
Saludo este contacto!
Un abrazo desde Buenos Aires
Ana

Anónimo dijo...

Que poco se piensa en la naturaleza. No hay consuelo para la destrucción o la muerte y mucho menos cuando esto se hace justificado por la ambición y el afan de riqueza. Que vendan sus grandes mansiones y que hagan muchas viviendas, pero que no toquen esos pocos espacios que aun nos alegran. La belleza es de todos y nunca nos podrán compensar.

Mariadolcas dijo...

¿Por qué no tendrán la misma sensibilidad hacia estos temas alcaldes, constructoras, empresas inmobiliarias, que sólo se mueven por un afán especulativo?
Gracias por el apoyo a Ana, que desde Buenos Aires tu saludo nos aproxima.
A kchelo que sabes bien de lo que hablamos.
A mi León que siempre estás atento a condenar agresiones medioambientales y sé que se te caería el alma a la tierra si lo vieras.