martes, agosto 11, 2009

Regreso al pasado

Los Amish

Me sorprendió enormemente que en un país como Estados Unidos, donde se impone la vanguardia en las formas de vida y la más alta tecnología, descubrir a 100 Km. de Filadelfia, en el Condado de Lancaster, una comunidad tan peculiar como los Amish.
Descienden de suizos, alemanes y suecos que siguiendo las enseñanzas de un disidente de los Mennonitas, llamado Jacob Amman ( del cual viene su nombre Amish), se instalaron en una campiña de la Pennsylvania holandesa.
Viven sin energía eléctrica, ni automóvil, rechazan todos los avances tecnológicos que les aparten de la unidad familiar o del desarrollo espiritual, trabajan el campo con maquinaria sin motor, sólamente tirado por caballos o mulas. Viven en granjas de madera y evitan toda clase de adornos, ¡tampoco tienen espejos!
Los muchachos Amish visten trajes oscuros y sombreros serios, las niñas con el pelo recogido y largos vestidos grises, las señoras vestidos que recuerdan los siglos 16 y 17 con gorritos de visera rodeándoles la barbilla. Crean hermosos edredones decorados con coloridos retales, juguetes sencillos, muebles, mermeladas, ricas comidas caseras.
Los Amish reservan el bautismo para los adultos, porque creen que los niños no tienen el conocimiento suficiente para aceptar la cristiandad. Valoran el trabajo duro, llevan una vida sencilla organizada fundamentalmente por las creencias y la bondad de la religión.



Estos niños estaban vendiendo herraduras de caballos en el puestecillo que habían improvisado en su remolque- bici.
Tenía un encanto nada habitual

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