Cuando siento que el tiempo huye de nosotros
digo como el poeta:
Mi infancia son recuerdos
de cerezos con tordos en Cabreros,
cuando la parva al sol y al viento,
tendida en la era,
era un patio redondo
de trillo, trigo y juegos.
Mi infancia son campanas de domingo,
desayunos de leche sólo blanca,
sopas de ajo y cocido a fuego lento,
tertulias de cocina y trabalenguas,
antes de ir a la cama,
como tele no había
aprendí cómo se acuestan las vacas.
Mi infancia son recuerdos de romances
que siempre recitaba tío Luciano,
los versos de “A buen juez, mejor testigo”.
Me brillaban los ojos
cuando la bella Inés lloraba
porque pasaba un día y otro día
y pasaba un mes y otro mes
y el traidor de Don Diego
de Flandes no volvía
ni cumplió el juramento que hizo
con el Cristo de la Vega delante.
Mi infancia en vacaciones de verano
son recuerdos de siega
desde el amanecer
hasta que el sol se agota de fatiga,
es la plaza, el desván y los abuelos
y una escuela de vida.
Cabreros del Río (León ) 23 de junio 2012
Nos reunimos este día en Cabreros del Río, un pueblo de León, donde vivieron mis abuelos y nacieron doce hijos, mi padre fue el tercero. Muchos primos no nos conocíamos y quisimos encontrarnos este día para compartir tiempo y recuerdos, en memoria de los ausentes y para que perdure su memoria. Nos juntamos casi noventa personas(entre tíos, primos,hijos de primos y nietos de primos). Yo de niña iba todos los veranos a casa de los abuelos a pasar unos días.
Fue un día entrañable, lleno de imágenes, sentimientos y emociones.
De la casa de los abuelos solo queda el solar, la cuadra,las tejas y el huerto.