Sombras
Sombras de misterio
pusieron mística la plaza.
Acurrucado en lluvia,
se acostumbró el tejo
a fabricar sombras,
sombras que habitaron
los dioses y el tiempo.
Crecido de historias
escuchó olvidos de muertos,
memorias de vivos,
plegarias de hombres,
mis amores prohibidos.
Sombras verdes, humildes
en la plaza húmeda,
alojan silencios grises,
leyendas paganas,
fechas de concilios,
atardeceres, lluvias y credos.
Sombras de peregrinos
bajo la edad del tejo,
donde vive el alma del pueblo,
donde entierro mi bloc
con los secretos
que aún no he escrito.
Sombras de misterio
pusieron mística la plaza.
Acurrucado en lluvia,
se acostumbró el tejo
a fabricar sombras,
sombras que habitaron
los dioses y el tiempo.
Crecido de historias
escuchó olvidos de muertos,
memorias de vivos,
plegarias de hombres,
mis amores prohibidos.
Sombras verdes, humildes
en la plaza húmeda,
alojan silencios grises,
leyendas paganas,
fechas de concilios,
atardeceres, lluvias y credos.
Sombras de peregrinos
bajo la edad del tejo,
donde vive el alma del pueblo,
donde entierro mi bloc
con los secretos
que aún no he escrito.
7 comentarios:
Sombra de secretos... Maravillosa sombra del tejo al acecho de las vidas.
Besitos
Cuantas historias encierra su tronco...
Me gusta mucho el final... los secretos que aún no has escritos.
Un beso.
El tejo primero quita y luego da. Estos tejos son los grandes guerreros que en la antiguedad se suicidaban antes de someterse al imperio. Cuenta la leyenda que la fruta prohibida del tejo sirve para pociones y encantamientos de brujas y magos y que aquellos que las prueban mueren de ardores y vómitos terribles, pero también cuenta la leyenda que el circulo se cierra con un nuevo resurgir en la reencarnación de un ser vegetal vigoroso y conectado a la naturaleza, a la que siempre perteneció. Un nuevo tejo.
Sublime, como el brillo de la luna en una hoja de tejo.
http://poemastejo.wordpress.com/
He publicado tu poema en la página de Facebook de Amigos del Tejo y las Tejedas
https://www.facebook.com/pages/Amigos-del-Tejo-y-las-Tejedas/170190593122053?ref=hl
Un saludo,
Antonio F. Morcuende
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