martes, febrero 07, 2006

Me encontró la luna


En la cuesta de las horas frías
me encontró la luna.

Su latido de luz,
acompasaba los pasos
de mi sombra torpe,
su saeta de cupido
apuntaba a los bordes
de mi alma,
su mano azul
desnudaba la verdad
de mis noches fingidas.

Me restregó el rimel,
me quitó los tacones,
me bajó la falda,
colgó mi secreto
en el farol de cada esquina.

Desmontó el andamio falso
de mi alegre vida.

2 comentarios:

gaia56 dijo...

tu luna cómplice es muy lista...
precioso poema

Anónimo dijo...

Los pasos perdidos a veces se encuentran en rincones de noche y frío, cuando desnudo de todo artificio, contempla la realidad. Aunque no guste. Entonces el consuelo solo puede venir de la soledad.