domingo, noviembre 08, 2009

El momento que Francisco Ayala quiso para irse






Noviembre

Hoy una luz envuelta en niebla
de un sol sin esperanzas,
trae atado a noviembre de la mano,
sin prisas.


Hoy un paisaje saciado de tiempo,
donde la paz amarillea,
amontona sombras ocres y largas,
acumula cementerios mullidos
de hojas en sepia, en blanco y escritas
que murieron por cansancio
a los pies de las raíces del silencio,
para vivir en el vientre parturiento
de la vida.


Hoy Francisco Ayala se apagó,
desangrado de siglos,
como la luz aguada de noviembre,
como este sol desvanecido,
sin promesas,
sin prisas.

Hoy he visto una luz envuelta en niebla.


5 comentarios:

Sinuosa dijo...

Diga lo que diga Javier, yo lo encuntro magnífico.
Me quedo un rato mirando por esta ventana.

Mariadolcas dijo...

Muchas gracias por tu visita y por tu opinión estimulante, Sinuosa. Es que yo pienso que cada estilo es personal e intransferible y yo no puedo (a lo mejor tampoco me gustaría) componer como él.
Bienvenida a mi ventana, mejor dicho, a la de la luna. Entraré enseguida en la tuya.

E. Martí dijo...

Magnífica entrada, como siempre, amiga Loli, amiga de las nieblas, de los corazones que lloran ante las siegas otoñales. Se nos fue Ayala, un día sin sol, sin esperanza... Pero quedan sus renglones, adheridos a las ramas estremecidas por los aires de noviembre.
Besitos

E. Martí dijo...

Magnífica entrada, como siempre, amiga Loli, amiga de las nieblas, de los corazones que lloran ante las siegas otoñales. Se nos fue Ayala, un día sin sol, sin esperanza... Pero quedan sus renglones, adheridos a las ramas estremecidas por los aires de noviembre.
Besitos

gaia56 dijo...

Estupendo homenaje, me guistó mucho ayer leído por ti, contiene muy bellas metáforas.
Un beso.